Me pasa todos los veranos. Cuando termina la temporada en julio, no quiero ni oír hablar de jabón, y me hago a mi misma la promesa de no agarrar la batidora ni para hacer puré por lo menos hasta septiembre.
Vale, soy dueña de mis actos, pero no siempre tengo control sobre mis impulsos, así que durante las vacaciones empiezo a imaginarme recetas, combinaciones, o me siento inspirada por colores o aromas...en fin, que a mediados de agosto soy como una olla express tratando de soltar el vapor contenido. Inevitablemente llega un día en que me planto las gafas, los guantes y pongo esa cara que hace que mi familia huya despavorida. una cara que todo jabonero conoce. La del ansia, a medias entre la inspiración enfermiza y la absoluta determinación.
Este año , el "Día J" llegó nada más volver de la playa. Estuvimos en Asturias y ya se sabe. ¿Quién no piensa en jabón viendo los henos de Pravia :) * ?
Empecé aprovechando restos que tenía por casa para hacer un par de jabones "de planetas"
Los dos llevan la misma base, de Oliva, palma, palmiste, manteca de cerdo y karité, y aroma de naranja y pachuli, muy flower power.
Cuando terminé, dije "vale, he aprovechado los restos, pero no he hecho lo que quería" así que me lancé a hacer este otro, que me rondaba la cabeza desde hacía tiempo. La misma base, aroma de melocotón (¡qué descubrimiento, cómo me gusta!) y semillas de amapola como exfoliante.Otra que no fuera yo, se habría dado cuenta de que después de tres tandas, ya es bastante jabón y es el momento de parar, pero mi yo jabonero estaba totalmente desbocado y no pude evitar hacer una tanda más.
Huele a litsea cubeba y lavanda, una combinación estupenda que no había probado nunca. Por el otro lado también es muy bonito, pero se me acabó la pila de la cámara :(Por último, este es un jabón anterior, de hecho, las bolitas del segundo jabón de planetas son de esta tanda, pero como no os lo había enseñado y me parece precioso, aprovecho y lo pongo. Lo hicimos en JulioYa digo, que lo de desconectar en vacaciones, es muy relativo.
Besitos
* Si, si, es un chiste malo, lo se, y ya lo había hecho Muñoz Seca antes que yo, pero no he podido resistirme