lunes, 31 de octubre de 2016

TALLER DE NAVIDAD 2016

Y van 9 años consecutivos. Siempre digo que me encantan los talleres de Navidad porque me obligan a inventar, y me retan a hacer cosas nuevas y diferentes.

Este año el taller será el 5 de Noviembre, y mi propuesta para este año son varios jabones que exploran técnicas y procesos un poco distintos de los habituales.  Creo que tan importante como que el jabón sea bueno y quede muy bonito -que también- es aprender distintas formas de hacer moldes para proyectos especiales, y eso es lo que vamos a hacer. También vamos a hacer un jabón enfieltrado, La lana natural hace de esponja y supone un exfoliante suave, además de permitirnos un montón de posibilidades estéticas.
Y como una imagen (o varias) valen más que mil palabras, os dejo ahí las fotos de los jabones que haremos, todos con sus correspondientes moldes.

¿Alguien puede tirar un poquito?


Ilumina tu Navidad...de forma aromática
La lana suavecita, sirve de esponjita.
Baby, it´s cold outside


Con este jabón, lo de cantar villancicos sale solo 

Ya sabéis, si estás interesado y quieres más información, ponte en contacto conmigo en mi correo
mzua123@gmail.com

viernes, 27 de mayo de 2016

Cambiando de imagen


Llevaba tiempo queriendo hacer una remodelación del blog, cambiar la plantilla y los colores oscuros, y modernizar un poquito el aspecto, pero es de esas cosas que me dan una pereza horrible.  Hoy me he liado la manta a la cabeza y aquí estoy, abriendo ventanas virtuales para que entre la luz.

Cuando empecé el blog en el año 2009, no tenía ni idea de manejar las plantillas de un blog, y siete años después sigo más o menos igual, así que no sé cuánto tiempo me llevará reajustar las entradas antiguas y las fotos al nuevo formato. Mientras tanto, si entráis aquí y lo veis todo manga por hombro, no me lo tengáis en cuenta =)

Los menús y  las fechas de los talleres los tenéis en la columna de la derecha , y espero tener muy prontito todo organizado. Espero que os guste mi nueva imagen.
Besos
Maribel



martes, 17 de mayo de 2016

Lavando el Lado Oscuro de La Fuerza


Que debajo de mi aspecto de apacible ama de casa cuarent  cincuentona se esconde un alma friki, lo sabe todo el que me conoce bien. He ido dejado algunas muestras por el blog aquí y allá.

 Por eso no me sorprende que mis hijos tengan cierta tendencia a acumular miniaturas de personajes de cómic o videojuegos, y que más de una vez me hayan pedido algún jabón -o incluso tartas-  relacionado con ellos.
Por mis manos han pasado ya bombas de baño con forma de Estrella de la Muerte, jabones R2D2 o Pacman, tartas de Minecraft, galletas jedi...
 La cosa es que hace mucho que mi hijo me había pedido un jabón con el emblema del Imperio de Star Wars, y yo lo había ido dejando, y dejando, y dejando...Era un proyecto complicado, y me daba pereza.


Mira tu por dónde, el otro día Omar publicó en Facebook que estaba elaborando unos relieves de silicona para jabones, y me puse en contacto con él, porque me parecieron completamente idóneos para este proyecto. Como es un artista, me hizo el molde perfecto, y mi hijo, tan contento con su jabón imperial.

Como digo, seguramente el lado oscuro, con jabones como este, va a quedar tan limpito que van a tener que cambiarle el nombre.   Ya me imagino yo a Leia y a Han  restregando bien restregado a ese hijo suyo, a ver si se le pasa esa afición al reverso de la Fuerza.  Eso seguramente pasará en la siguiente trilogía, y si no, al tiempo. Después de ver las cosas tan tontas que pasan en la última ¿A quién le extrañaría?



martes, 3 de mayo de 2016

Jabón de Fierabrás





"...-Todo esto fuera bien escusado - respondió Don Quijote- si a mí se me acordara de hacer una redoma del bálsamo de Fierabrás, que con sólo una gota se ahorraran tiempo y medicinas. 
-¿Qué redoma y qué bálsamo es ese?
 -dijo Sancho Panza.
De un bálsamo,- respondió Don Quijote-, de quien tengo la receta en la memoria, con el cual no hay que tener temor a la muerte, ni hay que pensar morir de ferida alguna ; y así, cuando yo le haga y te le dé, no tienes más que hacer sino que cuando vieres que en alguna batalla me han partido por medio del cuerpo, como muchas veces suele acontecer, bonitamente la parte del cuerpo que hubiere caído en el suelo, y con mucha sutileza, antes que la sangre se hiele, la pondrás sobre la otra mitad que quedare en la silla, advirtiendo de encajallo igualmente y al justo. Luego me darás a beber solos dos tragos del bálsamo que he dicho, y verásme quedar más sano que una manzana......"


Esto es lo que dice Don Quijote acerca del Bálsamo de Fierabrás. Y como estamos en el cuarto centenario de Cervantes, Laisa propuso en Facebook como reto-homenaje para este mes hacer un jabón inspirado en este milagroso bálsamo, del que se sabe que lleva aceites, vino, romero y sal. Me encantó el reto y me pareció una idea muy bonita, así que me lancé a ello.

Por más que Don Quijote diga que curan todos los males, a mi esa combinación de ingredientes no me terminaba de gustar. Se me hacía un poco cuesta arriba hacer una tanda entera de jabón con ellos, así que interpreté las normas a mi manera, y aquí os presento mi Jabón de Fierabrás.

Este jabón que ante vos tenéis, es un refundido, de un jabón bastante antiguo de karité y rosa mosqueta.
He cocido el romero en el vino, que por supuesto es de La Mancha. Una vez reducido, ahí mismo he disuelto la sal. Lo he añadido al jabón rallado y todo junto lo he refundido y puesto en un molde y luego, para darle un poco de aire viejuno y cervantino, he grabado encima a mano un manuscrito del mismísimo Cervantes que encontré rebuscando por Internet.

A continuación, he aprovechado para beberme el resto del vino de Valdepeñas y leer un par de capítulos del Quijote, que bien lo merecía la ocasión. No se si será efecto del vino, pero a mi me parece resultón.

domingo, 13 de marzo de 2016

Primavera


¿Sabéis esa clase de personas que planifican cada paso de un proyecto? ¿Esas que cuando empiezan algo, saben exactamente cómo va a acabar? Pues, definitivamente, yo no soy de esas.

En el foro de Mendrulandia, pusimos como reto para este mes hacer un jabón con temática primaveral. 
No tenía muy claro qué es lo que iba a hacer, así que empecé haciendo unas cuantas flores con restos de jabones que tenía en casa y no sé cómo, me fui viniendo arriba, y arriba, según avanzaba. Al rato, mi mesa estaba llena por todas partes de virutas de colores, y yo totalmente poseída por ese subidón que te pega cuando estás inspirada y divirtiéndote muchísimo con ello.  Mi jabón acabó definiéndose solito, exigiendo tal o cual combinación de formas y colores, y sorprendiéndome con el resultado.
Al final, se han convertido en mi apuesta para los encargos del Día de la Madre. 

Bueno, estos han sido sólo los prototipos. Como en gran parte están hechos con restos, huelen a mezcla de cosas, pero sobre todo a Menta y Bergamota. Gran combinación que huele de vicio y que mi jabón le debe a mi amiga Anna, que se hizo un lío con los botes de aroma y acabó descubriendo una mezcla genial​. Creo -y por eso me gusta tanto-  que ella tampoco es de las que planifican.


Lo cierto es que también admiro mucho a las personas puntillosas y metódicas. Las veo trabajar con ese orden y esa precisión de la que yo carezco, y me parece estar viendo un ballet sincronizado y perfecto. Yo funciono más como la niña que abre los brazos y disfruta dando vueltas hasta que pierde el equilibrio. 


 ¿Lo veis?  Ya he perdido el hilo y me he dejado llevar por el momento...
En fin. Seas como seas, espero que te gusten mis jabones de primavera.
 Besos

martes, 8 de marzo de 2016

La mujer trabajadora


Pasé gran parte de los veranos de mi infancia y adolescencia en un pueblecito de Toledo. Allí conocí a una mujer, madre de unos amigos, que a mi me despertaba una gran admiración y muchísimo respeto. 


Ella se levantaba a las cuatro de la mañana porque su madre, ya mayor, tenía una panadería y ya no podía hacer sola el pan.
Hacia las ocho, volvía a su casa a ocuparse del desayuno del marido y los hijos, de la casa, de la compra, la comida...

Por las tardes iba a la poza, cargada con la ropa para lavar,  o a cuidar la huerta, y si le sobraba  un ratito, se acercaba a ayudar en el taller de cantería que tenía su marido. Era  bastante habitual encontrármela con el escoplo y la maza en la mano cuando iba a buscar a mis amigos para salir. 

Me acuerdo como si fuera hoy que un día, hablando de nuestras respectivas familias, mi amigo dijo que su familia era diferente a la mía porque su madre no trabajaba. 
Su cara de sorpresa cuando le dije que su madre era una de las mujeres que más trabajaba de las que yo había visto en mi vida era un poema. 

Conocí bastantes más mujeres así en mis veranos gallegos. Mujeres que hacían que sus casas -y de hecho el pueblo entero-  funcionase mientras los hombres estaban en el mar. Creo que oficialmente, tampoco trabajaron nunca.

Pues para todas esas mujeres no trabajadoras ¡Feliz día!