domingo, 30 de noviembre de 2014

Off-topic

Si hubiera una fórmula universal para la felicidad, creo que uno de los ingredientes sería atreverse a probar a hacer cosas nuevas. Renunciar a aprender, perder la curiosidad, es quedarse estancado.
Eso si. Hay que dejar amordazada por un rato esa parte del cerebro que nos lleva a ser perfeccionistas y excesivamente autocríticos. Uno de los elementos fundamentales para disfrutar la experiencia nueva es tener una manga....ancha, no, ANCHÍSIMA para juzgar los resultados, al menos, los iniciales.
Esto lo podemos-y debemos- hacer en todos los campos, pero me voy a centrar en el tema artesano.

A mi me encanta trabajar con las manos, y aunque en general me dedico al jabón, hay un montón de cosas que tengo en mi lista de aficiones "hágalo usted misma", que abarcan costura, pintura, cocina o cualquier actividad artesanal e interesante cuyo tutorial encuentre en YouTube, por extravagante que sea..  Soy autodidacta y ni domino las técnicas,  ni me importa no hacerlo. Disfruto probando y si quedan bien, estupendo,  y si no, también.




Dicho esto quería enseñaros algunas de mis "obras", cuya trascendencia no es el  valor artístico,  del que carecen en su mayoría, sino lo bien que me lo he pasado haciéndolas, y por eso son importantes para mi.

Este año, en mi cumpleaños, pinté un espacio desaprovechado de mi cocina con pintura de pizarra. Desde entonces voy cambiando los dibujos cada pocos días. A veces sólo tiene la lista de la compra, o notitas para acordarme de alguna cita, pero otros días estoy más inspirada, o encuentro algo chulo en internet,  y me complico un poquito más. Me encanta. Ahí os enseño unas cuantas.

 
 
Otra cosa que no se hacer, pero me gusta, es coser. Soy chapucera hasta la exageración. Consciente de mis limitaciones, no me hago ropa porque no es plan de ir con una manga más larga que otra, pero he hecho cantidad de disfraces para mis hijos y mis sobrinos. Los disfraces son ideales porque ahí no importa mucho si el revés es inenarrable =)

¿Reconocéis a Mafalda?
 
 
Últimamente me ha dado por el patchwork. Veremos a ver qué tal se me da. He empezado con esta colcha, que no consigo terminar....

 
Por último, lo que me está divirtiendo más, sobre todo porque hace las delicias de mis sobris,  es la repostería. Cuando vienen mis sobrinitos pequeños, lo primero que preguntan es qué vamos a cocinar hoy. Hay galletas, tartas para mis sobrinitos, tartas para mis hijos, y algún que otro experimento


 
Así que aquí veis cosas que he estado haciendo últimamente, además de mucho jabón. Ya os iré enseñando más cosas.
¿Entendéis ahora por qué animo a todo el mundo a que se lance a experimentar, pase lo que pase?
Besos
 

jueves, 10 de julio de 2014

Fin de curso ¡Vacaciones!


Mi amiga Pilar, que fue alumna hace muchos años y desde entonces ha sido colega y amiga,  me regañó el otro día porque nunca pongo fotos de lo que hacemos.
Ella vino el otro día,  más como inspiración que como amiga.
Aprovecho que  además hoy es su cumple, para enseñaros -y de paso dedicarle- las fotos de algunos de los jabones que hicimos ese día, y es que yo no me quedé con muestra de todos, pero los que tengo, los enseño.


El verde es un jabón de aguacate y aloe, teñido y decorado con espirulina y un precioso sello de Omar. Huele a mango
El naranja y amarillo es de caléndula,  hecho con un oleato de caléndula y manzanilla y huele de vicio a Litsea.

El marrón a capas es de leche y avena,  teñido con cacao y olor a naranja. El rosa es un jabón de seda y rosa mosqueta, hecho por el proceso en caliente, y
huele a neroli que alimenta.





Bálsamo de labios de tuttifrutti , y champú de tegobetaína. Anoche me lavé con él el pelo y ha salido buenísimo.

 









Este es un jabón decorado con la técnica del "mantra swirl", me encanta el resultado de la mezcla de colores que eligieron mis alumnas, lo hicimos en el taller 2
 chicas


Aquí hay un poco de mezcla:  El osito es de jabón de glicerina, Las azules y rosas son bombas de espuma. Quedaron preciosas ¿a que sí?  y huelen a melón, así que son de lo más veraniegas.
El cupcake es de jabón batido. Mis amigas hicieron algunos preciosos, pero yo me quedé sólo con los restos, y además lo he regalado, así que creo que olía a kiwi, aunque no lo juro, que ya no me acuerdo.  

Y aquí va todo lo demás que me queda:
En primer plano, azul y blanco, un jabón de algas, muy marinero él. Atrás, en tonos marrones, un jabón de vino de Rioja y arcillas. Está hecho con la técnica de la columna, aunque como lo hicimos en una tarrina pequeña, el  dibujo no se aprecia igual de bien que cuando lo haces en el molde adecuado. Atrás, en el bol, un maravillooooooosoooo jabón negro tipo marroquí,  de aceitunas negras que hicimos en caliente con potasa y que es un verdadero lujo ¡Que lo diga Pilar, que casi le da un pasmo de puro éxtasis!  :lol:
Huele a una exótica combinación de anís, pachuli, naranja, vainilla e ylang ylang.

Y por último, los dos jabones de la derecha, los de la decoración extravagante, son los jabones resultantes de ir poniendo en una lata de Pringles todos los restos que iban quedando de todos los jabones anteriores, y que siempre dan sorpresas al desmoldarlos.
Hicimos muchas más cosas: sales de baño, jabón de la abuela, bombas de baño efervescentes...... pero como digo, yo no me quedé con muestras de todo y no puedo poner fotos.

Mando un beso muy gordo a mis chicas, que demostraron su arte en los jabones que veis, Elena 1 y Elena2, Marga, Virginia y Pilar. Ha sido un año muy especial y seguro que os habéis dado cuenta de lo mucho que he disfrutado de todos y cada uno de los días de jaboneo.
Voy pensando en novedades para la próxima temporada. ¡Nos vemos en Septiembre !! :kiss2:  :kiss2:

jueves, 9 de enero de 2014

Conjunciones jaboneras cósmico-planetarias


Lo primero ¡Feliz Año Nuevo! 
Ahora que termina la Navidad, pero aún se percibe en el ambiente un yoquesé mágico, os quería contar algunas cosas que no tienen una explicación racional así como así.
Yo soy de Madrid, pero de pequeña pasaba todos los veranos y fines de semana en un precioso pueblo de los Montes de Toledo que se llama San Pablo de los Montes. Lo considero mi pueblo adoptivo, y aunque hace mucho que no voy, guardo unos recuerdos maravillosos del pueblo y de su gente.
Fue en San Pablo donde  vi hacer jabón por primera vez. Una amiga de la familia me llevó para que lo viera. Yo, niña de ciudad y bastante descreída sobre los “remedios de la abuela”, tuve todo tipo de recelos acerca de que aceites sucios y restos de grasas pudieran formar algo bueno. ¡Quién me iba a decir...!
Hasta muchos años después no volví a ello,  ya en los años de los ordenadores y de Internet.
No deja de ser una paradoja que sean las nuevas tecnologías las que nos ayuden a volver a las cosas más tradicionales y artesanas.  Pues bien, este mundo jabonero me ha hecho vivir una serie de casualidades y coincidencias que sólo puedo calificar de conjunciones cósmico-planetarias, y que el mismísimo Iker Jiménez debería investigar.
Por ejemplo: En una de las últimasreuniones, tuve dos chicas venezolanas que vinieron a aprender a hacer jabón conmigo, aprovechando  que iban a venir a España. Lo curioso es que ellas no se conocían, pero  incluso al otro lado del charco, tuvieron la misma idea, al mismo tiempo y coincidieron  viniendo desde el mismo sitio, que es además un país bien lejano. 
Es bastante raro ¿verdad?  Quizá no tanto como lo que le pasó a Isabel,  que le vendió materiales para hacer jabón a tres personas con el mismo apellido –un apellido poco común- y cuando les preguntó, resultaron ser primos hermanos entre ellos, y ninguno sabía que a los otros dos les había dado por la misma afición. Eso no sé si calificarlo de conjunción astral o de predisposición genética en la familia.
Y más coincidencias: Me cuenta mi amiga Julieta (también venezolana) que paseando por Ciudad de México  vio una tienda de jabones y claro, se metió a curiosear, y no sé cómo fue la cosa, pero me lo imagino algo así:  Julieta le contó a la dueña de la tienda que ella había aprendido a hacer jabones en España.  –Yo también- contestaría la dueña-  con una chica que se llama Maribel  ¡La misma que yo!  Diría Julieta…Y así es como Cynthia y Julieta,  alumnas y amigas mías, se conocieron en México D.F.
En serio ¿Pero cuántas posibilidades hay de que dos alumnas de mis pequeños, pequeñísimos talleres en Madrid, cada una de un país, coincidan en una de las ciudades más pobladas del mundo?
Algo parecido pasó cuando mi prima en Sevilla, que tiene un herbolario, me llamó para consultarme si un aceite que vendía servía para jabón, porque tenía allí  delante una clienta que tenía la duda.
 Si. Lo habéis adivinado. Su clienta también era seguidora de mi blog y alucinó cuando supo que los que llevaban años atendiéndola en su “herbolario de toda la vida” eran mis tres primos.
Pues bien: anteayer me llamó una chica interesada en aprender, y estuvimos hablando un buen rato. Al poco, me contó que era de un pueblo de Toledo. –Seguro que no lo conoces, porque es pequeño. Se llama San Pablo-
Resulta que voy a enseñar a hacer jabón a la nieta de la mujer que me enseñó a mí. ¿Es o no es una conjunción jabonera cósmico-planetaria?